Autismo y Arte: Una expresión única de la Neurodiversidad

Ser autista es una parte esencial de mi identidad. Aunque el diagnóstico llegó tarde, siempre sentí que algo faltaba para entender mi experiencia. Mi forma de percibir y sentir era distinta a la de otros. Descubrir mi autismo me permitió comprender esa diferencia. Lo que antes parecía una carga se transformó en una característica intrínseca de mi ser. También se convirtió en una fuente de inspiración para mi trabajo. Hoy, el Autismo y el Arte están profundamente conectados en mi vida.

El Autismo como una fuente de Creatividad

Para mí, el autismo no es algo que deba ser «superado». Me identifico como autista, pues el autismo es una forma de vida, una manera única y valiosa de experimentar el mundo. Al vivir esta realidad, he aprendido que es posible alcanzar una plenitud sana y genuina, desarrollando estrategias que me permiten equilibrar la intensidad de mi percepción sensorial y mi vida emocional.

En mi caso, el arte visual ha sido una vía natural para encontrar esa paz interna y, a la vez, una manera de regular mi sistema nervioso. A través del ritmo, las texturas y la estructura visual, mi obra se convierte en un refugio y en una herramienta de autoexpresión.

Neurodiversidad: Una nueva perspectiva sobre el Arte

Desde el enfoque de la neurodiversidad, las personas ven el autismo como una expresión más de la variabilidad humana. No lo consideran un trastorno que requiere cura. Este paradigma descarta la idea de que exista una única manera correcta de vivir o pensar. Además, promueve que cada forma de ser enriquece nuestra experiencia compartida. Bajo esta perspectiva, el autismo es un modo válido y significativo de percibir y procesar la realidad.

Mi obra artística trasciende lo estético para explorar lo conceptual y profundo. Trabajo con elementos visuales que conectan con mi sensibilidad autista. Al usar ritmo, simetría y repetición, creo un lenguaje íntimo y personal. Las texturas, las formas geométricas y los detalles minuciosos me ayudan a ordenar el caos sensorial. En cada obra plasmo una narrativa visual que refleja la complejidad y la esencia de nuestra naturaleza.

Autismo y Arte como conexión humana

El autismo me ha regalado una manera única de habitar el mundo. Cada pieza que creo es un reflejo de mi vivencia como persona neurodivergente, y una invitación al espectador para que explore la diversidad de la experiencia humana desde una perspectiva inclusiva y genuina. El paradigma de la neurodiversidad no solo abraza estas diferencias, sino que las celebra, recordándonos que, en un mundo diverso, cada individuo aporta una pieza irremplazable al rompecabezas de nuestra humanidad compartida.

Actualmente siento que las dos palabras que más me definen son Autismo y Arte.

Scroll al inicio