Marco teórico general

Marco teórico de mi obra: Exploración de la identidad, simbolismo, tecnología y neurodivergencia en el arte contemporáneo

Mi obra se sitúa en un punto de intersección entre el arte digital, el simbolismo esotérico, la neurodivergencia y la filosofía posthumana, abordando temas de identidad fragmentada, percepción y la existencia en un mundo mediado por la tecnología. A través de una metodología que fusiona la fotografía de desnudo artístico con la inteligencia artificial y técnicas de manipulación visual, cada colección profundiza en una faceta de la condición humana. Este marco teórico representa las influencias, técnicas y conceptos que fundamentan mi práctica artística, permitiendo una exploración visual compleja y multidimensional en cada pieza.

Arte neurodivergente: Sensibilidad, orden y complejidad perceptual

Mi sensibilidad neurodivergente es una fuente de inspiración esencial que permea todo mi proceso creativo, influenciando tanto la forma como el fondo de mi obra. El arte neurodivergente, como expresión de una percepción única y detallada del mundo, me permite explorar y estructurar la realidad a través de patrones, simetría y fragmentación. En colecciones como Corpus, utilizo la repetición y los patrones radiales como un sistema visual que responde a mi necesidad de organizar el caos sensorial y de construir una estructura que me permita comprender la experiencia. La simetría y el orden en mi obra no solo son una elección estética, sino una forma de canalizar la complejidad perceptual y transformar la sobrecarga sensorial en un lenguaje visual que conecta con el espectador.

Este enfoque neurodivergente también es una forma de auto-regulación emocional. En la colección Fotochurado, por ejemplo, el proceso de trazar líneas manualmente sobre el cuerpo digitalizado se convierte en una práctica de meditación activa, una técnica que me permite equilibrar mis emociones mientras transformo el cuerpo en una interfaz digital. La repetición y el detalle en cada trazo reflejan cómo mi experiencia sensorial se traduce en una narrativa visual, convirtiendo cada obra en una expresión íntima y precisa de mi sensibilidad autista. Mi arte neurodivergente es, por tanto, una representación de cómo percibo y organizo el mundo, un proceso de canalización sensorial que busca ofrecer una conexión emocional y perceptual entre mi visión interna y la experiencia del espectador.

Visión filosófica

La identidad en mi obra es un concepto fluido, fragmentado y en constante transformación, influenciado por la teoría de la fragmentación de Jacques Lacan y la teoría de identidad discursiva de Judith Butler. A través de la despersonalización de mis figuras, en especial al eliminar los rasgos faciales, convierto el cuerpo humano en un arquetipo simbólico y universal que invita a cada espectador a proyectar su propio significado desde la colección Sinergia que fue la primer colección con la que he trabajado se muestra esta despersonalización para dialogar directamente con el espectador en un sentido subconsciente. En series como Noduspixelis la identidad se presenta como una construcción de fragmentos individuales que, en su interacción, crean una totalidad significativa. Este enfoque simboliza la interdependencia humana y explora cómo la individualidad se diluye y se reconfigura en el colectivo, una visión de la identidad como un mosaico de experiencias y relaciones interconectadas.

En el contexto digital, la identidad también se vuelve maleable y mutable. En colecciones como Fotochurado, la “segunda piel” digital representa una identidad adaptable, una proyección que se redefine según el entorno virtual. Este enfoque invita a cuestionar qué aspectos de nuestra identidad permanecen genuinos en un entorno de simulación, sugiriendo que la identidad es una construcción en constante metamorfosis y que nuestras representaciones en el espacio digital son fragmentos de una identidad que cambia y se adapta a los múltiples contextos.

Simbolismo esotérico y el inconsciente colectivo

El simbolismo es una constante en mi trabajo, actuando como un portal hacia el inconsciente colectivo según Carl Jung. Inspirado por la tradición esotérica y los arquetipos universales, uso símbolos como el mandala, el triángulo y elementos naturales para expresar procesos de transformación y evolución interna. En series como Arkana, cada símbolo evoca lo místico y lo arquetípico, una puerta visual que permite al espectador explorar el conocimiento ancestral y su propia psique.

Mis obras también dialogan con la filosofía hermética y la alquimia, inspirándose en textos como el Corpus Hermeticum. Así como en Arkana o Sinergia cada símbolo se convierte en un arquetipo de introspección y trascendencia, mi obra en general explora el simbolismo como un lenguaje de autoconocimiento, un recurso visual que conecta lo consciente con lo inconsciente y permite al espectador conectar con lo sagrado.

Tecnología y desmaterialización del cuerpo

La tecnología digital es un componente central en mi práctica, no solo como herramienta, sino como un medio que redefine la identidad en la era de la simulación. Inspirado en las ideas de Jean Baudrillard sobre simulación e hiperrealidad, en colecciones como Fotochurado y Noduspixelis, el cuerpo se desmaterializa y se convierte en una interfaz visual que simboliza una identidad fluida y mutable. La pixelación y la “segunda piel” digital representan una identidad que fluctúa y se adapta en el espacio digital, cuestionando la corporalidad y desafiando los límites entre lo real y lo virtual.

En mi obra, la tecnología permite esta dualidad entre lo tangible y lo intangible, una representación que desmaterializa la identidad para explorar sus múltiples facetas en el entorno digital. Este enfoque conecta mi trabajo con temas de identidad posthumana, desafiando las nociones tradicionales de lo físico y proponiendo un cuerpo que se transforma en un símbolo en constante metamorfosis.

La organización del caos en el arte neurodivergente

La simetría, la fragmentación y la repetición son elementos fundamentales en mi obra, reflejando la necesidad de estructura y orden que caracteriza mi experiencia neurodivergente. Inspirado en la geometría sagrada y en la visión pitagórica del universo como una estructura armónica, en Corpus utilizo patrones radiales y composiciones geométricas para expresar tanto la armonía interna como la conexión con un orden cósmico mayor. Este enfoque organiza la complejidad de la experiencia sensorial en un sistema visual coherente, permitiendo que el caos se convierta en un lenguaje estético que conecta lo personal con lo universal.

A través de la fragmentación y la organización simétrica, mi obra neurodivergente permite explorar la percepción sensorial como una estructura narrativa. Cada patrón y cada trazo reflejan una organización visual que transforma la sobrecarga sensorial en una experiencia meditativa y estructurada, un proceso de regulación emocional que convierte la neurodivergencia en una forma de expresión artística. Este aspecto de mi obra explora la capacidad del arte neurodivergente para ofrecer una visión única del mundo, una perspectiva que transforma la complejidad perceptual en un sistema estético que resuena con la sensibilidad del espectador.

De lo digital a lo táctil

Mi proceso creativo es híbrido, comenzando con la fotografía y evolucionando a través de la edición digital y la intervención manual. Cada pieza se imprime en materiales como tela canvas y se interviene con técnicas como la serigrafía o la pintura, conectando lo digital y lo físico. En colecciones como Sinergia, Fotochurado o Arkana, el uso del color y la textura busca sumergir al espectador en una experiencia sensorial, transformando cada obra en un objeto tangible que resalta la conexión entre lo digital y lo físico.

Este enfoque representa un vínculo entre la tradición artística y las innovaciones tecnológicas, creando una experiencia multisensorial y envolvente. Inspirado en Kandinsky, para quien el color tiene un efecto psicológico y emocional, cada elección de color en mi obra busca evocar resonancias internas que conecten con la percepción sensorial del espectador, estableciendo una experiencia emocional y visual profunda.

Conclusión del marco teórico

Mi obra desafía las concepciones tradicionales de identidad y corporalidad, proponiendo un espacio de significación abierta donde el espectador co-crea el sentido junto a mí. Cada pieza invita a reflexionar sobre la naturaleza cambiante de la identidad y la interacción entre lo físico y lo virtual, lo consciente y lo inconsciente. A través de la fragmentación, el simbolismo esotérico, la tecnología y el enfoque neurodivergente, creo un universo visual que trasciende lo estético y se convierte en una exploración profunda de la existencia humana y su relación con el entorno digital.

Este marco teórico no solo es la base de mi obra, sino también una clave para comprender la complejidad de la identidad en la era contemporánea, integrando influencias filosóficas, esotéricas y tecnológicas en una propuesta visual que explora la condición humana desde una perspectiva neurodivergente. En esta metamorfosis continua, el arte neurodivergente se convierte en una expresión de orden y complejidad perceptual, una forma de transformar la experiencia sensorial en una narrativa visual que conecta el microcosmos del ser con el macrocosmos del universo, simbolizando la interdependencia y la transformación perpetua del ser.

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