En Noduspixelis 002, la figura humana emerge como una construcción visual basada en la reiteración de sí misma. La imagen se descompone en una serie de microelementos que, vistos de manera aislada, parecen fragmentos sin un vínculo aparente, pero que en conjunto conforman un todo armónico. Esta dinámica visual resalta cómo la percepción del individuo cambia dependiendo de la escala y el punto de vista desde el cual se observe.
El micro y el macro en la construcción del yo
La obra invita a una profunda reflexión sobre la identidad en la era digital, donde la representación del ser no es estática ni singular, sino una acumulación de registros, datos y proyecciones. La reiteración de la imagen en distintas escalas no solo genera una sensación de profundidad y expansividad, sino también de dilución y fragmentación. Este juego entre lo individual y lo colectivo refleja la complejidad de la identidad contemporánea, constantemente moldeada por los entornos virtuales.
La distorsión como lenguaje visual
Al jugar con la idea del pixel como unidad mínima de la imagen digital, Noduspixelis 002 desafía la concepción tradicional de la construcción visual. Aquí, los píxeles no son simples bloques de color, sino módulos representativos, cada uno con una intención propia dentro del conjunto. Esta estrategia visual crea un efecto de oscilación entre lo nítido y lo abstracto, reforzando la tensión entre lo que se oculta y lo que se revela en la percepción de la identidad.
El espectador como reconstrucción del significado
La obra exige la participación activa del espectador, cuya percepción cambia dependiendo de la distancia y el ángulo desde el que la observe. De cerca, cada módulo se presenta como una entidad autónoma, pero al alejarse, el conjunto cobra sentido en una imagen unificada. Este juego de aproximación y alejamiento funciona como una metáfora de la manera en que consumimos y reinterpretamos la información visual en la actualidad. Noduspixelis 002 no solo cuestiona la forma en que vemos, sino también la forma en que nos construimos en la era digital, donde la identidad es un mosaico en constante transformación.